Las problemas de hemorroides, también conocidas como almorranas, son tan comunes que, de acuerdo con información de Mayo Clinic, casi tres de cada cuatro adultos lo presentarán de vez en cuando. ¿A ti te ha pasado? Conoce qué son y cuáles son sus principales síntomas.
Hemorroides, venas dilatadas
Como parte de su anatomía, alrededor del ano y el recto, se encuentran venas que si se inflaman dan lugar a los problemas de hemorroides. Cuando las paredes de estas venas se debilitan, se dilatan y pueden formar una especie de “ampollas” o “bolitas” donde se acumula sangre, dando lugar a lo que se conoce también como várices hemorroidales.
Las venas y tejidos en el canal anal se encargan de reforzar y apretar esta zona y al músculo del esfínter, que ayudan a contener las heces cuando hay esfuerzos, como, por ejemplo, al toser o estornudar. Sin embargo, estos tejidos llegan a debilitarse y romperse aumentando el riesgo de sufrir hemorroides.
El estreñimiento suele ser un factor común relacionado entre las causas de hemorroides debido a que se genera exceso de presión sobre las venas al momento de defecar. También, una dieta baja en fibra y líquidos, poca actividad física, así como el embarazo, tener sobrepeso y obesidad, pueden aumentar el riesgo de padecer este tipo de problema.
¿Cuáles son los síntomas de hemorroides?
Cuando sufres de este tipo de problemas la circulación sanguínea en la zona anorrectal se dificulta y aumenta la presión, provocando síntomas de hemorroides, que se caracterizan por ser muy incómodos, como son:
- Inflamación.
- Comezón.
- Dolor.
- Ardor.
- Sangrado (en ocasiones).
Si presentas estas señales, es importante que comiences a tratarlas y no dejar que pase más tiempo, pues su grado de complicación puede ser tan grave, que puede requerir de una cirugía de hemorroides. Asimismo, es importante consultar con el médico, que en este caso sería un proctólogo.
Para prevenir las hemorroides y sus complicaciones se suele recomendar una dieta rica en fibra, consumir frutas y vegetales, reducir la ingesta de alimentos fermentables (como la leche), tomar abundantes líquidos y realizar ejercicio.
Consulta a tu médico.